1985

006 Satellite 7

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Tarjeta del juego Satellite 7. En la ilustración se ve a dos naves espaciales con forma de escarabajo disparando a varias naves con forma de mosca.
Batallas entomológicas espaciales. Un género en decadencia. SEGA

En Japón parecen tener una afición a la entomología que no se da por estos lares. Esta es una de esas cosas que acaba percolando y no es raro ver escarabajos, mariposas o moscas formando parte del elenco de muchos juegos creados en aquel país. En la Master el primer juego protagonizado por esas criaturas es Satellite 7, un matamarcianos de scroll vertical muy típico de los 80.

En Satellite 7 somos el piloto de una nave con forma de escarabajo que debe enfrentarse con mariposas, moscas, libélulas, calamares, hipocampos... Bueno, sí, a alguien se le acabó el libro de los insectos y empezó a meter seres marinos, una pizza de colores y otras cosas a las que disparar por el bien de la humanidad (o lo que sea que seamos)

Al estilo de Xevious, al que se parece bastante en cuanto a mecánicas, además de disparar hacia adelante podemos dejar caer bombas para atacar a las edificaciones y los enemigos que nos atacan desde el suelo. También podemos recoger estrellas de colores, que aumentan nuestra puntuación y quedan bonitas en el marcador lateral.

Para acabar de rematar el juego, de vez en cuando aparecerá un enemigo grandote que hace las veces de jefe de nivel y al que tenemos que disparar tantas veces como indique el marcador que tiene encima. Y con esto ya estaría. Podemos seguir con esta mecánica, derribando oleada tras oleada de cosas, hasta que nos hartemos ya que el juego es un bucle infinito.

Captura de pantalla del videojuego Satellite 7. En ella se ve a la nave protagonista volando sobre un bosque e intentando coger una estrella verde. También hay unas mariposas que la atacan. En la parte derecha se ve el marcador.
Captura genérica de matamarcianos genérico de principios de mediados de los 80

No es que Satellite 7 sea un mal juego, es simplemente que no podría ser más genérico ni intentándolo. A los cinco minutos de estar jugando ya has visto todo lo que tiene que ofrecerte, que no es demasiado, y si sigues ahí es porque no tienes absolutamente nada más a lo que jugar (o tienes un odio atávico a los insectos y a los animales marinos)