¿Porqué hay un hombre decapitado en la portada de este juego? ¿Porqué lleva una cabeza bajo el brazo? ¿Qué estaba bebiendo el que aprobó esta ilustración? Para mi son la preguntas sin respuesta que siempre me provocó este juego al que no recuerdo haber jugado en su día. Con la experiencia de la vejez creo entender que la imagen está encuadrada y no cabían ni la cabeza de un luchador ni el cuerpo del otro. Desafortunadamente eso solo resuelve las dos primeras de las incógnitas.
Pro Wrestling es un juego de lucha libre en el que tenemos cuatro equipos de luchadores a nuestra disposición para zurrarnos en el cuadrilátero. Siguiendo con el tema del recreativo en casa, se trata de una adaptación de Body Slam, arcade del mismo año que protagonizaba Dump Matsumoto, famosa wrestler japonesa.
Basándonos en el arcade adaptado, Pro Wrestling podría haber tenido el privilegio de ser el primer juego de Master con protagonista femenina, es más, con un casting completamente femenino. El tema es que por razones de derechos, o porque consideraron que como va a jugar la gente en occidente a un juego protagonizado por mujeres (gasp) que además se pegan (doble gasp y amago de desmayo) aquí nos quedamos con una plantilla de clones de otras ligas de wrestling.
Representatividad a parte, la versión occidental parece tener algunas mejoras gráficas que se agradecen, principalmente el ponerle borde a las letras. El juego en si no es nada del otro jueves, aunque en mi opinión es mejor que la recreativa en la que se inspira.
Para completarlo debemos derrotar a los otros tres equipos en combates a 10 rondas. En cada una de las rondas nuestra misión es inmovilizar en el suelo a uno de nuestros rivales y para ello debemos golpearlo hasta que esté tan cansado que no pueda zafarse. Los luchadores tienen bastantes movimientos y los gritan cuando los ejecutan (me encanta este detalle) pero podrían ser más espectaculares.
Parte de culpa la tiene un aspecto gráfico muy caricaturesco, que le quita algo de drama a los combates. En cambio, este estilo encaja muy bien con el típico colorido de la Master, así que una cosa por la otra
Como entretenimiento para echar unas partidas solo o acompañado está bien pero le encuentro dos defectos que hacen que no me acabe de enamorar. Por una parte, para jugar solo se hace aburrido. Tener que ganar diez veces seguidas a la misma pareja no es una proposición especialmente divertida, aunque con un poco de habilidad se hace rápido. Por otra, el control siempre da la sensación de llevar un pequeño retraso, lo cual a la larga se hace frustrante y te saca del juego.
No está mal. Podría ser mejor.