En los 70-80 se desató una fiebre por las artes marciales que, evidentemente, tuvo su reflejo en el catálogo de Master en forma de beat'em up de scroll lateral. En occidente los conocimos como Black Belt mientras que en Japón su título original fue Hokuto no Ken, el manga que aquí (España) conocimos como "El puño de la estrella del norte"
Como el resto de clones de Kung Fu Master, el juego consiste en avanzar hacia un lado de la pantalla mientras derrotamos a enemigos que nos aparecen a diestro y siniestro. En el caso de Black Belt, las pantallas se dividen en tres partes: las batallas contra rivales infinitos, los jefes de mitad de nivel y las luchas con los jefes finales.
Los jefes de mitad de nivel son simplemente enemigos que resisten unos cuantos golpes más pero con aspecto y patrones de ataque propios. En cambio los jefes finales son enemigos con su propio escenario de combate, con puntos débiles y unos sprites mucho más grandes, acercando estos combates más a los juegos de lucha uno contra uno que a los yo contra el barrio.
Técnicamente, el juego sorprende bastante. Los fondos, el tamaño de los enemigos en los combates finales, la música, el control. Incluso la idea de que cada enemigo final debe ser derrotado de una manera concreta (tenías pistas en el manual) Todo parece bastante más avanzado que otros juegos de la misma época.
Como curiosidad, el juego que nos llegó no solo supone un cambio en toda la parte gráfica. Black Belt añade una serie de power-ups, que podemos recoger saltando en el momento preciso, para recargar nuestra energía u obtener invulnerabilidad temporal. Como persona que disfrutó del manga, me apena que aquí no nos llegase la versión original pero, como niño que alquiló el juego en su día, creo que tuvimos suerte con los cambios jugables que se añadieron para occidente. No solo hacen el juego bastante más accesible si no que lo equilibran lo suficiente como para considerarlo uno de los más entretenidos de los primero años de la consola.