Me encantan los juegos en los que conduces vehículos con una vista cenital. No lo entiendo pero hay algo que me fascina de este tipo de juegos y me hace disfrutarlos especialmente. Mi teoría es que tengo alguna memoria feliz asociada a partidas de Spy Hunter en el Amiga de algún familiar pero sería incapaz de asegurar el quién o el cuando. Partiendo de esa base era imposible que Action Fighter no sea uno de los juegos que más he jugado en la Master. Porque sí, el juego va de conducir vehículos en vista cenital.
El juego es otra conversión más de recreativa, aunque en SEGA van dándose cuenta de que los juegos en casa tienen que ser un poco diferentes y estamos más ante una adaptación que una conversión directa 1:1
En este caso empezamos conduciendo una moto de gran cilindrada y disparando a todos los vehículos que se nos ponen por delante mientas intentamos no estrellarnos. Mientras vamos destruyendo vehículos también tendremos que ir recogiendo cuatro letras que representan las cuatro partes de un coche, en el cual nos trasformaremos una vez las hayamos conseguido. Ya como vehículo de cuatro ruedas podremos recoger dos piezas más que nos trasformarán en una aeronave con la que surcar los cielos y destruir aun más cosas.
Al final de cada fase, como en todo juego de disparos que se precie, tendremos que derrotar a algún tipo de jefe para pasar de pantalla y obtener una nueva misión. Y eso es todo. Cinco fases de acción y muchos disparos que se hacen algo repetitivas, no tanto como la música, pero entretienen. Como curiosidad podemos destacar el sistema de vidas, ya que tenemos 999 unidades de tiempo (aproximadamente un segundo son 10) durante las cuales siempre reviviremos aunque nos disparen. Una vez se acabe este tiempo podemos continuar jugando pero moriremos definitivamente si nos alcanzan una sola vez.