De entrada dejemos claro que un simulador de vuelo decente en una consola de 8 bits es una tarea casi imposible así que hay que aplaudir a SEGA por intentarlo. El problema no es solo la potencia necesaria para hacer una simulación pasable, el auténtico problema es cómo simulas el control con solo una cruceta y dos botones.
Una empresa menor habría optado por crear un mando a medida con más opciones pero en SEGA alguien dijo "pero si ya tenemos más botones" y se sacó de la chistera que para jugar ibas a necesitar los dos pads. Uno controlaría las armas y el movimiento. El otro controlaría la velocidad y las contramedidas. Genius.
Ahora hay algo que me parece importante reseñar. Si miráis por internet o habláis de juegos con alguien, F-16 Fighter es uno de los juegos que, universalmente, recibe los peores comentarios de todo el catálogo. Mi sospecha es que muchísima gente lo ha jugado solo en emulador o sin leerse el manual. Claro, si te faltan la mitad de los controles no tiene ningún sentido.
Bueno. Ciertamente también hay un componente real en tanta crítica. Es un juego que va dirigido a un público que no es el de la consola y que tiene más sentido en un micro-ordenador (es un port de MSX) El desarrollo es lento, el control complejo y tienes que leerte el manual para entender cómo funcionan las diferentes habilidades de la nave que pilotas. Además, ni sus gráficos (creo que es el único juego que usa el modo de compatibilidad con la SG-1000) ni su sonido impresionan.
A todos los niveles, una rara avis dentro del catálogo.