1986

011 Comical Machine Gun Joe

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Tarjeta del videojuego Comical Machine Gun Joe. En la ilustración vemos a un gánster vestido de blanco ametrallando un coche con otros tres gánsters vestidos de negro. A sus pies hay un cerdo con gafas de sol en la mano y apoyado en una gran bola metálica. De fondo se ve un atardecer en el puerto.
Pongamos un cerdo en mitad del tiroteo. Tiene todo el sentido del mundo. SEGA

Seguimos rellenando catálogo en la consola. Esta vez alguien le dijo a los becarios que hiciesen un juego de disparos pero que no sea de navecitas y para pensarlo se fueron a tomar unas copas después del trabajo. La cosa debió ser tal que así:

- Venga chicos, a ver qué hacemos con el juego ese que nos han pedido (chupito)
- ¿Y si metemos un gánster enano que salte mucho? (chupito)
- Buah, ideaca ¿Sabes qué más podemos poner? Un cerdo que suelte bombas cuando le disparamos (chupito)
- Eso, y vamos a poner también arañas inmortales a las que les reboten las balas (chupito)
- ¡Y un tiroteo en el bosque de las hadas! (chupito)
- ¡Y una dificultad ajustada!
- (silencio tenso)
- Bueno, tampoco nos vengamos arriba.
Becarios de SEGA hasta arriba de sake. Circa 1986

El resultado fue uno de esos juegos que se quedaron en Japón y nunca llegó a occidente. Comical Machine Gun Joe es un juego de disparos con escenario estático compuesto por seis fases que se repiten y en las que tenemos que ametrallar gánsters, cerdos, arañas y colegialas. Como ayuda contaremos con nuestra gran capacidad de salto y las bombas que sueltan los cerdos cuando les disparamos.

Captura del videojuego Comical Machine Gun Joe. En ella se ve al protagonista en la parte inferior, con una gabardina lila y un enemigo pequeño pegado a él. El escenario es una calle. Una farola tiene una pequeña explosión en el palo. En la parte superior de la pantalla, un enemigo se oculta tras la esquina de un edificio.
Destrucción de la propiedad pública. Secuestro de niños. Atentado contra la moda. Joe es un tipo peligroso.

El juego no está mal, el control responde y la estética tiene su gracia pero tiene un problema: es muy corto. La solución adoptada es lo que he decidido llamar "hacer un My Hero" es decir, dificultad absurda, pocas vidas y nada de poder continuar.

En su favor he de decir que, personalmente, se me hace bastante más soportable. Los puntos de aparición de los enemigos se pueden memorizar y, si te centras un poco más en esquivar que en disparar, acabas pillándole el truco. Aun así, no deja de ser un juego menor cuya exclusividad japonesa no debería hacer llorar a nadie.