1986

021 Alex Kidd in Miracle World

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Portada del videojuego Alex Kidd in Miracle World. En ella vemos el título con grandes letras azules. En la parte inferior izquierda, un niño rubio de piel muy clara y ojos azules vestido con un mono rojo y zapatos azules, lanza un gran puñetazo contra una explosión. El puño es del tamaño de su cabeza.
Nos intentaron vender que Alex Kidd era ario. SEGA

Lo único que hace falta decir para entender la importancia de Alex Kidd in Miracle World es que es el juego en el que piensa la gente cuando oye el nombre de la consola.

Un seguero puede oír esta imagen

El juego nos cuenta una historia de artes marciales secuestros, conquistas planetarias y combates de piedra, papel, tijera. Sí, las tramas de los juegos de SEGA dan para plantearse muchas cosas sobre lo que pasaba en las mentes de sus desarrolladores en esta época.

En cuanto al estilo de juego, Alex Kidd in Miracle World es un plataformas con una gran cantidad de situaciones diferentes. A lo largo de las 17 fases que lo componen tenemos plataformeo horizontal, vertical, fases submarinas, conducción de vehículos, inventario de objetos, puzles de ingenio... hay pocas cosas que no tenga este juego. Hay que reconocer que la mayoría de los diseños de nivel son bastante sencillos, pero eso no hace que el juego sea menos entretenido.

El control puede hacerse un poco raro para los que vengan de otros juegos de plataformas lanzados en "sistemas inferiores de la época"™️ principalmente por el uso de la inercia, pero posibilita movimientos como el deslizarse o el salto de espaldas con golpe, que el juego aprovecha en diversas ocasiones. Donde hay que poner un pero es en el acceso al inventario de objetos. Este se realiza desde el menú de pausa pero el botón de pausa en la Master no está en el mando si no en la propia consola ¿Limitación o genialidad para hacernos mover el culo? Nunca lo sabremos.

Respecto al apartado gráfico hay que decir que es otro de esos juegos en los que el colorido de la Master luce. En el diseño de los sprites, Alex Kidd in Miracle World, mantiene ese estilo que da una cierta consistencia a muchos de los primeros juegos de la consola, aunque se implique que se re-aprovechan algunos sprites y animaciones de juegos anteriores.

En cuanto a la banda sonora, es de esas que se te queda durante décadas en la cabeza y que solo contiene temazos. Si pones cualquiera de sus temas al alcance del oído de un poseedor de una Master System verás como sus ojos cambian y se activan una serie de flashbacks imparables en su mente.

Visto con la perspectiva del tiempo, Alex Kidd in Miracle World no es ni el mejor juego de la consola ni el mejor plataformas. Indudablemente una gran parte de su popularidad se debe a que durante mucho tiempo era el juego que acompañaba a la consola pero esto no quita que sea un juego con su propia personalidad y miles de fieles. Es bonito, es absurdo, es difícil pero ni de lejos imposible, es parte de mi infancia, es el juego que me hacía levantarme a las seis de la mañana y jugar a escondidas una partida más.

Es una joya.